martes, 11 de enero de 2011

heroísmo premeditado

En el capítulo que dedica a Tolstoi en Intellectuals (1988), Paul Johnson reproduce estas palabras de Aylmer Maude a propósito del comportamiento del escritor ruso cuando era un joven oficial del ejército zarista: “Solía evitar las dificultades y privaciones típicas de la guerra. Recorre los lugares como si fuese un turista, pero, en cuanto oye disparos, aparece en el campo de batalla. Cuando termina el combate, vuelve a marcharse por su cuenta adonde le apetece” (The Life of Tolstoy, 1908). Para Johnson, “Tolstoi estaba ansioso por representar un papel, aunque no tanto por servir. No le interesaban las rutinarias incomodidades y privaciones, los aspectos de la vida militar que no gozaban de un potencial valor para otorgarle celebridad y que pasaban desapercibidos”. Y concluye: “Así fue durante toda su vida: su heroísmo, su virtud, su santitad estaban dirigidos al ámbito público, no a la aburrida e insustancial rutina de la vida cotidiana”*. Heroísmo como espectáculo. Heroísmo premeditado. Para reflexionar: los héroes que desean serlo y los que, a su pesar, lo son. La épica clásica está llena de héroes que desean serlo, de heroísmo premeditado. La medieval también. ¿O se trata sólo de una cuestión de aburrimiento y diversión? Entonces tendríamos a un héroe no premeditado, pero no a un héroe a su pesar.



*Paul Johnson, Intelectuales. Trad. Daniel Aldea Rossell. Ed. Homolegens, 2009.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Es verdad que la épica está llena de heroísmo premeditado, nunca me había detenido a pensarlo así. Aquiles no era más que un espectáculo.

Enhorabuena por el nuevo blog.

julio martínez mesanza dijo...

Gracias, María.

AFD dijo...

Si se va a hacer espectáculo, que sea buscando el heroísmo. No como ahora que tan menudo se busca la infamia espectacular.

samsa777 dijo...

Una doble y agradable sorpresa: vuelves y estrenas bitácora. Gracias en nombre de tus lectores.

Un abrazo.